Después de 19 años de postergaciones y polémicas, Paraguay se dispone a tratar en el Congreso la Ley de Lenguas, con la que se busca impulsar el guaraní como idioma a nivel nacional.
El estatus de "lengua oficial" del guaraní está reconocido en la Constitución paraguaya desde la reforma de 1992. Según el renovado texto constitucional, guaraní y castellano están en pie de igualdad y a través de las leyes ha de establecerse "la modalidad de utilización de uno y otro".
Sin embargo, poco se ha hecho desde entonces para plasmar el carácter bilingüe del país en cuestiones oficiales.
"Fue meramente simbólico, una declaración considerada ‘histórica’ pero que luego quedó en casi nada. Por eso la iniciativa de crear una Ley de Lenguas viene desde hace 15 años", dijo a BBC Mundo Susy Delgado, directora de Promoción de Lenguas de la Secretaría Nacional de Cultura y una de las propulsoras de la norma.
La propuesta que ahora deberá tratarse en la Cámara Alta es el resultado de dos anteproyectos unificados, elaborados por la Comisión de Bilingüismo y por profesores, escritores y lingüistas reunidos en el llamado Taller de la Sociedad Civil, tras largos meses de debate.
Idioma de trabajo
La norma busca plasmar en la realidad lo que dice la letra del artículo 140 de la Constitución: que Paraguay es "pluricultural y bilingüe".
El reconocimiento real del guaraní es una cuestión importante para la integridad regional. Tenemos una población grande de indígenas y muchas comunidades tienen su propia lengua autóctona, pero el guaraní es la de mayor importancia
Dionisio Ortega, diputado
Un 86% de la población del país tiene dominio del guaraní y sólo un 8% no lo habla en absoluto. En tanto, un 27% es monolingüe guaraní y no habla ni escribe en castellano.
Según los expertos, el único terreno en el que se han verificado cambios concretos desde la nueva Constitución ha sido en la educación, con la reforma escolar que empezó a diseñarse en 1993 con un plan de enseñanza bilingüe.
En el plano diplomático, el guaraní también se ha incorporado como idioma de trabajo para el Mercado Común del Sur (Mercosur), el bloque económico del que Paraguay es parte junto con sus vecinos.
En la administración
Sin embargo, los expertos señalan que estas formalidades están lejos de cubrir las necesidades de grupos aborígenes y de poblaciones de interior, donde el castellano está menos difundido para las actividades cotidianas.
"El reconocimiento real del guaraní es una cuestión importante para la integridad regional. Tenemos una población grande de indígenas y muchas comunidades tienen su propia lengua autóctona, pero el guaraní es la de mayor importancia", detalló el diputado liberal Dionisio Ortega, presidente de la Comisión de Educación del Congreso.
La exclusión del idioma precolombino resulta más grave en algunas áreas, como la administración de justicia o la salud.
"Es dramático, no puede ser que los documentos sean sólo en español. Hoy, ninguno de los poderes del Estado en realidad funciona en guaraní, sino exclusivamente en castellano", reclamó Delgado.
El guaraní también está ausente de los medios de comunicación escritos, de la publicidad y de los etiquetados de los productos, entre otras áreas. Quienes impulsan la ley pretenden, además, que se lo incluya en las señalizaciones de calles y rutas y en todo espacio público.
Discriminación
Entre las lenguas amerindias, el guaraní goza de salud envidiable: los lingüistas la consideran como una de las más vigorosas e incluso señalan que ha dejado de ser una lengua de minoría indígena para convertirse en una "lengua americana", tras un proceso singular de mestizaje y adaptación.
A los 6 millones de hablantes en territorio paraguayo se suman otros grupos en Bolivia, Uruguay, sur de Brasil y noreste de Argentina, más grandes colonias de migrantes como las de Buenos Aires o Nueva York. En total, unos 10 millones de personas hablan guaraní.
Hay un abanico de prejuicios y discriminaciones. Aquí se identifica al guaraní con la lengua del pobre, del indio, la lengua vulgar o poco elegante o que no sirve para la ciencia
Susy Delgado, directora de Promoción de Lenguas
Sin embargo, la falta de promoción fronteras adentro de Paraguay tiene una raíz sociocultural profunda: un problema de prestigio lo aqueja desde hace siglos.
Ya en 1992, los guaraniólogos denunciaban la postura "colonialista" o "anti-indigenista" de sectores más conservadores de la sociedad, que renegaban de convertir al guaraní en lengua oficial.
"Hay un abanico de prejuicios y discriminaciones. Aquí se identifica al guaraní con la lengua del pobre, del indio, la lengua vulgar o poco elegante o que no sirve para la ciencia", señaló Delgado.
"El poder siempre ha funcionado en castellano, salvo en las Misiones Jesuíticas, que fue el único momento en que se le concedió el lugar que merecía. Lamentablemente el guaraní fue siempre discriminado de todos los ámbitos del poder", señaló el diputado Ortega a BBC Mundo.
Recién ahora, dicen los expertos, el guaraní ha pasado a ser un elemento de la identidad paraguaya ampliamente reconocido. La aprobación de la ley permitiría crear una Academia de la Lengua propia, para terminar de zanjar discusiones de larga data en materia de gramática y escritura.
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