Los Saltos del Monday, desconocida joya natural de Paraguay
En el mundo hay rincones sumamente extraordinarios de los que nunca o casi nunca se habla, que por alguna razón carecen de la publicidad de otros grandes lugares y que terminan siendo un auténtico regalo para quien llega hasta ellos. Tuve la suerte de que en Paraguay, muy cerca de la frontera con Brasil (Foz do Iguaçú) donde me estaba quedando a dormir para recorrer en varios días las fabulosas Cataratas de Iguazú, descubriera un tesoro natural magnífico en el que no me encontré un solo visitante. Se trata de los Saltos del Río Monday, el cual, antes de desembocar en el gran Paraná, cae estrepitósamente más de cuarenta metros rompiéndose en un lejano vacío de bruma y vapor. El estar a no muchos kilómetros de una de las 7 maravillas naturales del mundo forma la pared que lo hace invisible a la mirada del turismo, pero en el fondo es su mayor baza, y los viajeros encuentran premio seguro en lo que precisamente le falta a Iguazú, la soledad. De esa forma cuando llegué pude disfrutar de estas espectaculares caídas de agua sin más compañía que la de los pájaros o la del rumor quebradizo que se genera en semejante estallido de Naturaleza. Sin duda mereció la pena salirse de las rutas marcadas una vez más y echar por tierra ese muro de desconocimiento nacido por tener un hermano mayor mucho más famoso.
A continuación os contaré más acerca de esta maravilla natural paraguaya y cómo pude llegar hasta ella. Sin duda una opción más que interesante para quienes tengan pensado estar un tiempo visitando Iguazú y quieran ir un poco más allá. Paraguay está casi al lado esperando a que paséis a conocerla y los Saltos del Monday son una gran oportunidad de darle un primer pellizco al país guaraní.
¿CÓMO SURGIÓ LA IDEA DE IR A LOS SALTOS DEL MONDAY? ¿DÓNDE SE ENCUENTRAN EXACTAMENTE? ¿CÓMO LLEGAR?
Me establecí cuatro días en la localidad brasileña de Foz do Iguaçú, en el Estado de Paraná, para recorrer a fondo las Cataratas de Iguazú tanto por el lado canarinho como por el argentino. Para el último día medité o bien volver a las cataratas, que me habían encantado, o entrar a Paraguay, ya que la frontera desde Foz se puede cruzar fácilmente y sin papeleos caminando a través de un puente. Lo que hacen muchos es visitar Ciudad del Este, la segunda urbe paraguaya con mayor población, cuyo interés para los turistas es que es Zona Franca, es decir, libre de impuestos, por lo que se puede compar todo (o casi todo) a precios más reducidos.
Particularmente, que no tenía pensado comprar nada (y menos cuando acababa de empezar un largo viaje de varios meses), no me interesé demasiado por Ciudad del Este, a la que iría para dar una vuelta sin más, sino por algo que hubiera no muy lejos de ella y que pudiese merecer la pena. Echando un vistazo en internet supe por primera vez de los Saltos del Monday, de los que se decía eran unas cascadas impresionantes que los paraguayos sí conocían pero cuya fama no había traspasado fronteras por tener Iguazú demasiado cerca. Entonces empecé a buscar fotos y opiniones de otros viajeros que sí habían llegado y me llamó tanto la atención que utilicé Ciudad del Este simplemente como catapulta a este rincón natural.
Los Saltos del Monday están a tan sólo 10 kilómetros de Ciudad del Este, en el distrito de Presidente Franco. A no ser que alguien disponga de información más actualizada que yo (y que agradecería compartiera en el blog) no encontré ningún autobús que me llevara hasta allí. De hecho el taxi fue la única manera que hallé de llegar a los saltos (ir, esperar casi una hora y regresar por 15€, pero creo que podría haberlo sacado por bastante menos). Aún así valía la pena hacer el viaje, sobre todo después de ver por encima el horrendo amasijo de tiendas y centros comerciales de Ciudad del Este.
LOS SALTOS DEL MONDAY, ESPECTÁCULO GARANTIZADO
Cuando estábamos a punto de alcanzar la entrada principal al Parque Municipal Saltos del Monday (sorprende eso de “municipal”) el taxista me chivó una grandísima vista desde una alambrada donde se veía una preciosa composición de las cascadas. Un delicioso aperitivo que me dieron más ganas si cabe de ponerme lo más cerca posible a esta caída de agua.
El coche se quedó aparcado junto al acceso principal y entonces me aventuré a pasar al recinto protegido desde el cual se tienen a mano las preciosas cataratas. Tuve que pagar un ticket que me costó 5000 guaraníes (0´86 euros) para entrar y acercarme hasta un mirador que, al parecer, estaban adecuando para permitir mejores panorámicas de los saltos. MUY IMPORTANTE: Sólo aceptan guaraníes por lo que es necesario haber cambiado algo de dinero (es tremendamente fácil en Ciudad del Este).
Un inmenso caudal parecía romperse en caída libre generando un estruendo grotesco, pero a su vez hermoso. Desde los miradores no podía ver si quiera el final, tan sólo la olla a presión que se formaba a las puertas del primer gran salto. Toda una bomba natural y lo mejor de todo, ni un solo visitante… nada de parques de atracciones, trenecitos u hordas de turistas empujando por tomarse una foto. Las cataratas de ese último tramo del Río Monday son las únicas compañeras del viajero, sobre todo a primera hora de la mañana cuando la temperatura es tan agradable como el agua vaporizada que se esparce alrededor regalando una brisa perfecta.
Cierto es que, aunque se están construyendo una serie de pasarelas, eché en falta más ángulos de los saltos, más perspectivas donde poder asomarme o hacer fotografías. En realidad uno está en ese instante límite en el que el río corre hasta desaparecer en medio de un frenesí de espuma y rugidos incesantes. No existe ningún otro sonido, ni ningún elemento que distraiga la vista, porque todo alrededor es frondosidad, arboledas en un área boscosa que oculta miradas extrañas tras las ramas.
La fuerza de este lugar es directamente proporcional al desconocimiento que podía tener hasta hacía tan sólo unas horas antes de decidirme a ir. No es una visita que requiera prolongarse durante horas, ni mucho menos. Tampoco es Iguazú, que nadie se engañe con esto. Es una opción más que recomendable por permitir eso que muchas veces buscamos, lugares extraordinarios y poco concurridos, donde sentarse a mirar algo precioso y meditar al respecto de que son tantas las cosas escondidas las que nos están esperando que no hay que cesar en el empeño de ir a a por ellas.
Y además de haberos mostrado unas fotos de los Saltos del Monday, he preparado un pequeño vídeo que grabé allí mismo y con el que podréis acercaros aún más a esa joyita del Paraguay (y escuchar las cataratas).
Si no visualizas el vídeo directamente haz clic aquí para verlo en Vimeo
Amo los lugares así, los que aparecen sin que llames a la puerta, en los que no hay ni flashes ni atascos a la entrada, en los que uno cree haber descubierto algo grande e injustamente poco valorado. Ese momento a solas con los Saltos del Monday se quedará conmigo para siempre…
Sele
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