Crucero guaraní
Seis días por el río Paraguay a bordo de un lujoso crucero que atraviesa el Gran Chaco y llega hasta el Pantanal, un mundo acuático con una de las mayores biodiversidades del planeta. En el trayecto, visitas a pequeñas aldeas campesinas y paseos en lancha para una mayor aproximación a la fauna.
El Pantanal es el mayor humedal del mundo, con una superficie de 200.000 kilómetros cuadrados, de los cuales un 15 por ciento de su extremo sur pertenece a Paraguay. Los argentinos suelen visitar esta gigantesca región inundable en el estado brasileño de Mato Grosso, pero pocos saben que también se lo puede hacer desde Paraguay y con un medio de transporte mucho más interesante: en un crucero de ecoturismo que zarpa de la ciudad de Concepción y navega por el río Paraguay a través del Gran Chaco.
El crucero Paraguay es un barco diseñado como los históricos vapores que aún hoy surcan el Mississippi. Mide 58 metros de eslora, tiene un salón de eventos con pantalla de cine, bar, restaurante, una piscina y 27 camarotes con aire acondicionado, frigobar, TV y grandes sommiers. Los interiores del barco –tanto los camarotes como los espacios públicos–, están recubiertos con lustrosas maderas de cedro, lapacho, guatambú y palo santo. Así que las condiciones son ideales para una relajada travesía de seis días por ese gran río de apariencia inmóvil que se conecta con el Pantanal.
En el primer día de viaje se hacen las primeras salidas en lancha para recorrer algunos afluentes del río Paraguay –que aquí tiene una anchura de proporciones oceánicas– donde comienzan a aparecer algunos carpinchos, yacarés y varios tipos de garzas. Durante el segundo día el guía principal de la travesía da una conferencia que ayuda a interpretar las dos eco-regiones que atraviesa el crucero: el Pantanal y el Chaco Húmedo. Explica que el Pantanal se formó en una gran depresión de la superficie terrestre que fue producto del surgimiento de la cordillera de los Andes. Allí confluyen varios ríos –el principal de ellos es el Paraguay– y mucha lluvia, conformando un vasto delta inundable cuyo nivel de agua sube y baja según la época. Además de ser parte del acuífero guaraní –una de las mayores reservas de agua dulce del planeta–, el Pantanal tiene una biodiversidad increíble: 3500 especies vegetales, 650 de aves, 95 de mamíferos, 50 de reptiles, 240 de peces e incontables insectos y microorganismos. Algunas especies emblemáticas son el yaguareté –en peligro de extinción–, el carpincho, el tapir, la anaconda, el yacaré, el tucán y el guacamayo azul, muy preciados estos últimos por los traficantes de aves. Gracias a lo difícil que es la vida en el Pantanal, su densidad de población es baja, lo cual ha garantizado una relativa preservación de este gran ecosistema. Para reforzar el mensaje ecologista se proyectan en la sala de cine del barco documentales sobre el Pantanal. Y en una de las charlas el guía va al fondo de la cuestión: “No se puede culpar al indio que tala un árbol para subsistir, sino al empresario que lo comercializa y al político que protege la maniobra”.
En la ciudad de Vallemi el grupo desembarca para visitar unas sugerentes grutas con extrañas formaciones rocosas. Al tercer día el barco llega temprano en la mañana a Puerto Murtinho, una localidad ubicada en la margen derecha del río, en tierras brasileñas. Allí se visita una estancia donde se recorre a caballo y a pie el típico paisaje del Chaco Húmedo, con sus palmares y sabanas inundables.
AMANECER EN EL PANTANAL Al día siguiente llega el plato mayor de este viaje: un brumoso amanecer en pleno Pantanal. A partir de ahora no será extraño avistar monitos carayá y capuchinos en la copa de los árboles, algún ciervo que cruza nadando un riacho frente a la lancha, carpinchos y tres tipos de fastuosas guacamayas: las azules, las rojas y las azul y amarillo.
El Pantanal tiene básicamente dos estaciones: la seca y la húmeda. En octubre, cuando caen las primeras lluvias, comienza la estación húmeda. Pero el terreno absorbe las aguas como una esponja y recién unos meses después todo comienza a inundarse. El nivel de las aguas sube 3 metros y el Pantanal queda anegado en un 80 por ciento, sobresaliendo apenas las elevaciones del terreno. El resultado es un complejo delta de poca profundidad que se puede navegar con lanchas. En noviembre y diciembre es cuando más llueve, y de enero a marzo es la época donde las inundaciones están a pleno y los paisajes son bellísimos, con mucha flora acuática y aves por doquier.
La travesía por ese mundo acuático incluye la visita a una comunidad de la etnia Chamacoco, que habita el Pantanal junto con los Ishir. Al anochecer se parte en pequeñas lanchas para ver yacarés a muy pocos metros de distancia. Al principio los reptiles se hacen desear y el guía tiene que chapotear un poco en la superficie del agua para provocarlos. El día quinto se vuelve a Puerto Murtinho para emprender el regreso a Concepción.
LENGUAS Y CULTURAS Cuando se desembarca en los pueblitos del interior de Paraguay –donde hay chicos que van al colegio en canoa–, no se oye mucho el castellano, aunque casi todos lo hablan. En realidad, el 92 por ciento de la población habla guaraní. También se utiliza el yopará, que es una mezcla del guaraní con el español. El idioma para una charla formal y distante es por lo general el español, mientras que para hablar en confianza hace falta saber guaraní. Por eso, lograr un acercamiento más profundo a las personas y a la cultura paraguaya –sorteando las barreras defensivas históricamente justificadas, por ejemplo, por la Guerra de la Triple Alianza–, es tarea muy difícil para un argentino que desciende de un barco. Pero al menos uno se lleva una aproximación más que interesante de la cultura local y, por sobre todo, una imagen muy vívida del submundo acuático del Gran Chaco y el Pantanal.
Manjares a bordo
Los almuerzos y cenas son un capítulo aparte en el crucero, con menús internacionales elaborados con ingredientes autóctonos. Como entrada se puede disfrutar de un paté de pollo con manzana y nuez, pasas de uva, ciruela sobre panceta frita, ciboulettes y crocantes de queso; o surubí relleno con verduras gratinadas sobre queso saborizado y lechuga a la vinagreta. Los platos principales más atractivos son el surubí catupirí (relleno con queso, apanado y frito en salsa de limón sobre cuadraditos de verdura), o un lomito herbal grillado en salsa de hierbas con guarnición de costra de papas y tulipas de maíz. Para los postres hay crêpe frutal con helados flambeados al ron con una salsa de coco y menta. O también un nugatín frutal con espuma de chocolate y frutas envueltas en merengues con salsa de caramelo y mandarina.
DATOS UTILES
Cómo llegar: Tam Airlines tiene dos vuelos diarios a Asunción con tarifas que van desde us$ 169 más us$ 81 de impuestos. Tel.: 0810- 333-3333, www.tamairlines.com
Cuánto cuesta: El principal paquete que ofrece Crucero Paraguay es de 5 noches y 6 días con pensión completa y excursiones partiendo desde la ciudad de Concepción hasta el Pantanal, con regreso a la misma ciudad. El precio es de U$S 1600 por persona en base doble, www.cruceroparaguay.info
Informe: Julián Varsavsky, para el suplemento Turismo del Diario Página/12
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