PERIODISMO JOVEN DE PARAGUAY: Nuestro mba'eteko cambiado por el hello

PERDEMOS PROGRESIVAMENTE NUESTRA IDENTIDAD PARAGUAYA

Nuestro mba'eteko cambiado por el hello

Al decir “Che, boludo, ¿que pasó de vos, pibe?” y creer en el barbudo, abrigado y panzón de Papá Noel, pareciera que estamos hablando de lo que un kurepa diría además de un yanqui que nos “regala” de su tierra natal al ícono de la Navidad, ¿verdad? Pues quizás realmente se trate de un paraguayito que, al estilo de un mutante, se adapta a lo que otras culturas extranjeras traen al país y pierde aquella identidad ñanemba'eteete ante la onda que todos tratan de imitar.

Es cierto que tenemos ciertos rasgos que nos caracterizan y nos vuelven auténticos, como nuestro idioma guaraní, además del típico tereré, con lo cual moldeamos nuestra identidad, pero, en estos últimos tiempos, esa autenticidad propia de esta nación se ha ido perdiendo ante el constante avance de la cultura extranjera que nos invade para cambiar nuestra forma de ser, de hablar y de expresarnos, inclusive de actuar y vivir.

Es notable el cambio en nosotros; por ejemplo, en vez de saludar a nuestros amigos con un: “Mba'eteko, socio?”, les decimos; “¿Qué tal, men?, Che, loco, ¿qué andás haciendo, olu’o?”, donde se mezcla cierta expresión en inglés, además del modo de hablar de los kurepas, o también se encuentra el muy difundido “o sea, hello” que obviamente no es una expresión propiamente nuestra.

No sólo está el hecho de expresarnos como los extranjeros, sino también de adquirir ciertas costumbres y creencias, como el Papá Noel barbudo, abrigado y panzón que los yanquis nos trajeron, aunque no queda bien con el calor intenso de la Navidad, sin olvidarnos de aquellos bailes en donde el reguetón, la electrónica, la música brasilera y el break dance son los principales ritmos.

Debemos preguntarnos ¿qué fue lo que nos pasó para que lleguemos hasta este punto en que olvidamos casi por completo nuestras propias tradiciones y valores que nos caracterizan como paraguayos y paraguayas? Al parecer, nos dejamos guiar por lo que otras culturas nos traen y nos volvemos mutantes que se adaptan ante un cambio progresivo de identidad.

No dejemos que pasen los años y que nuestra dulce lengua guaraní o nuestra alegre polca desaparezcan de nuestras vidas, tratemos de cultivar esa pequeña semilla de patriotismo y orgullo por ser lo que somos, dándole su debida importancia a lo ñanemba'eteete, y siendo, auténticos ante todo.


Por Robert Bourgoing (16 años) (ABC)