Se recuerda Boquerón, pero de boca para afuera
Fuente: ABC Color |
El 27 de setiembre de 1932, un consejo de generales celebrado en La Paz resolvió retener a toda costa el fortín Boquerón. Durante 10 días se aprovisionaban mediante lanzamientos aéreos. El objeto era conservar esa posición en el caso de llegarse al cese de las hostilidades, o salvar la guarnición mediante ayuda de tropas del exterior. Pero el TCnel José Félix Estigarribia, ese mismo día, decidió dar el asalto final a las posiciones bolivianas.
El 28 se combatió reciamente todo el día. Un hecho que conmovió profundamente a los combatientes de una y otra línea fue el asalto a bayoneta calada, de un batallón del R.I. 2 al grito de “¡Al asalto! ¡Viva el Paraguay! proferido por su comandante el capitán Orefieff de Serebriakoff, ruso blanco, que cayó mortalmente herido a pocos pasos de las posiciones bolivianas.
En la noche, las tropas del regimiento Curupayty, que enfrentaban la famosa Punta Brava, oyeron gritar a los bolivianos desde sus trincheras: “Paraguayos, no nos tiren más que vamos a salir a la recta para entregarnos”. No se dio crédito al vocerío, pues continuaba tenaz la resistencia y se creyó que era una treta. Se ordenó continuar el ataque al clarear el día 29.
A las 5:20, la compañía del Tte. Manuel Islas inició el ataque, siendo recibidos con nutrido fuego de ametralladoras que causó varias bajas. A las 6:00 cesó súbitamente el fuego en las posiciones bolivianas y siguió un silencio absoluto, pues también los paraguayos detuvieron el tiroteo, aprovechando la emergencia para ganar distancia de asalto, arrastrándose hacia las trincheras. El cese había sido ordenado por el jefe del fortín, TCnel. Marzana, al tiempo que llegaba a la línea paraguaya, como oficial parlamentario, el Cap. Antonio Salinas, quien se presentó al comandante del regimiento Curupayty, mayor José Antonio Ortiz, pidiendo capitulación en nombre de su jefe. Pero los soldados y los mismos oficiales bolivianos no esperaron los resultados de esta misión, pues casi simultáneamente a lo largo de las trincheras surgieron trapos blancos, inequívocos signos de rendición.
Los soldados paraguayos, desplegados para el asalto final se mostraron perplejos y titubeantes, pero pocos minutos después se extendió como un reguero de pólvora el característico grito patriótico de alegría: ¡Piipuuu! Era el final de la batalla de Boquerón, que había durado 20 días en que disputaron heroísmos a porfía tanto paraguayos como bolivianos. El primero en penetrar al fortín fue el Tte. Islas, quien recibió la rendición de Marzana. (Efemérides, de Efraím Cardozo)
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2 comentarios:
estiamdos amigos realmente creo que la guerra del chaco fue una guerra de tontos por que las que organizaron todo fueron petroleras extranjeras, pero no hay que olvidar que las batalla de boqueron donde 619 soldados bolivianos se enfrentaron a casi 14000 soldados paraguayos fue algo unico y digno de mensionar con respeto, todos podemos ver que hasta el maricasl felix cuando vio a marzana lo saludo con gran coraje por que ante sus ojos estaba un hombre que dio todo por su patria y demostro que apesar de todo hay hombres que tiene un valor unico, por eso hasta el rpesidente ayala los homenajeo cuando entraron al paraguay como prisioneros de guerra, lastima que hoy en dia todos olvidemos a esos hombres de ambos lados que dieron su vida por su patria y sigamos los camnos de un loco que tan solo nos ahce pelear
Anónimo Argentino...
mi estimado! lamento mucho informarte que estas pifiando historicamente!!! seguro eres bolita!
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