La Organización Un techo para mi país Paraguay (UTPMP) en tan solo dos días logró movilizar a 650 voluntarios, en su mayoría universitarios, quienes con herramientas en mano como palas, martillos y serruchos iniciaron la construcción de viviendas de emergencia para 57 familias residentes en el bañado sur de Asunción y en un asentamiento indígena ubicado en la ciudad de Luque. Los “techeros” denunciaron con acciones concretas una realidad de abandono y pobreza que afecta a millones de compatriotas.
La experiencia de los voluntarios
10 voluntarios integraban cada cuadrilla y éstas se encargaban de realizar el sueño de una casa un poco más digna y con ella posibilitar una brecha de esperanza para un sector cansado de escuchar promesas de políticos de turno, quienes se llenan la boca con planes mientras los bañados siguen manteniendo por décadas el mismo paisaje de insalubridad y pobreza.
Trabajos intensos, encontrando en los terrenos restos de basura, neumáticos de vehículos, plásticos, barro, etc, con astillas de madera en las manos y alguno que otro golpe, nada de esto fue impedimento para que los entusiastas jóvenes pudieran entregar la casa terminada a sus dueños.
Y así fue, un día antes de celebrarse el día de la juventud y en altas horas de la noche, sin luz, y sin ninguna autoridad gubernamental que pudiera ser testigo, los “techeros” denunciaron con acciones concretas una realidad de abandono y pobreza que afecta a millones de compatriotas.
Paradójicamente el lunes pasado el presidente Fernando Lugo decía en un acto por el día de la primavera y la juventud organizado por la secretaría de la Juventud: “sueño con una juventud que apuesta, arriesga y aguanta por el país que todos merecemos". Sin duda estos jóvenes no son un sueño, sino una realidad llena de compromiso con el país, un ejemplo digno de imitar.
Los beneficiarios:
Se inauguraron 57 casas más, entre ellas la de Ña Berta Ramos y Don Carmelo Ortiz, ambos son gancheros del Vertedero de Cateura, viven en una precaria casa en el barrio Porvenir con sus dos hijos. Su ingreso por día aproximadamente es de 30. 000 guaraníes, producto de la venta de cartones, papeles y plásticos para el reciclaje. “Si llueve no hay nada, en esos casos algunas familias no comen, pero te salva si que este vertedero”, afirmaba Ña Berta.
Consultada sobre cómo se sentía respecto a la iniciativa de los voluntarios expresó “Demasiado me alegro porque es muy linda mi casa, ‘avy’aiterei’ porque mucho ya sufrí, ahora ya no me va a entrar más la lluvia a mi pieza.”
La organización realiza un proceso largo de detección, en donde conversan con las familias y ven cuáles son las viviendas que deben ser construidas con prioridad. Cada casa cuesta aproximadamente gs. 5.000.000. Sin embargo, a los beneficiarios se le cobra la suma de 500.000 guaraníes, este es uno de los ejemplos que refleja un proyecto que no busca ser asistencialista, sino lograr que los mismos pobladores se involucren en cambiar su realidad.
En Paraguay desde julio de 2008 hasta ahora fueron construidas 157 casas, y cientos de voluntarios han contribuido a que la organización tenga hoy mayores desafíos para el futuro.
Nada de esto hubiese sido posible sin la colaboración de empresas que aportaron de diferentes maneras con Un techo para mi país Paraguay, entre ellas están Sudameris Bank, Visión Banco, Censu, y Pro-Agro. Además de cientos de personas quienes donaron de manera anónima sumas importantes de dinero, herramientas y alimentos para los voluntarios.
La experiencia de los voluntarios
10 voluntarios integraban cada cuadrilla y éstas se encargaban de realizar el sueño de una casa un poco más digna y con ella posibilitar una brecha de esperanza para un sector cansado de escuchar promesas de políticos de turno, quienes se llenan la boca con planes mientras los bañados siguen manteniendo por décadas el mismo paisaje de insalubridad y pobreza.
Trabajos intensos, encontrando en los terrenos restos de basura, neumáticos de vehículos, plásticos, barro, etc, con astillas de madera en las manos y alguno que otro golpe, nada de esto fue impedimento para que los entusiastas jóvenes pudieran entregar la casa terminada a sus dueños.
Y así fue, un día antes de celebrarse el día de la juventud y en altas horas de la noche, sin luz, y sin ninguna autoridad gubernamental que pudiera ser testigo, los “techeros” denunciaron con acciones concretas una realidad de abandono y pobreza que afecta a millones de compatriotas.
Paradójicamente el lunes pasado el presidente Fernando Lugo decía en un acto por el día de la primavera y la juventud organizado por la secretaría de la Juventud: “sueño con una juventud que apuesta, arriesga y aguanta por el país que todos merecemos". Sin duda estos jóvenes no son un sueño, sino una realidad llena de compromiso con el país, un ejemplo digno de imitar.
Los beneficiarios:
Se inauguraron 57 casas más, entre ellas la de Ña Berta Ramos y Don Carmelo Ortiz, ambos son gancheros del Vertedero de Cateura, viven en una precaria casa en el barrio Porvenir con sus dos hijos. Su ingreso por día aproximadamente es de 30. 000 guaraníes, producto de la venta de cartones, papeles y plásticos para el reciclaje. “Si llueve no hay nada, en esos casos algunas familias no comen, pero te salva si que este vertedero”, afirmaba Ña Berta.
Consultada sobre cómo se sentía respecto a la iniciativa de los voluntarios expresó “Demasiado me alegro porque es muy linda mi casa, ‘avy’aiterei’ porque mucho ya sufrí, ahora ya no me va a entrar más la lluvia a mi pieza.”
La organización realiza un proceso largo de detección, en donde conversan con las familias y ven cuáles son las viviendas que deben ser construidas con prioridad. Cada casa cuesta aproximadamente gs. 5.000.000. Sin embargo, a los beneficiarios se le cobra la suma de 500.000 guaraníes, este es uno de los ejemplos que refleja un proyecto que no busca ser asistencialista, sino lograr que los mismos pobladores se involucren en cambiar su realidad.
En Paraguay desde julio de 2008 hasta ahora fueron construidas 157 casas, y cientos de voluntarios han contribuido a que la organización tenga hoy mayores desafíos para el futuro.
Nada de esto hubiese sido posible sin la colaboración de empresas que aportaron de diferentes maneras con Un techo para mi país Paraguay, entre ellas están Sudameris Bank, Visión Banco, Censu, y Pro-Agro. Además de cientos de personas quienes donaron de manera anónima sumas importantes de dinero, herramientas y alimentos para los voluntarios.
Contactos:
www.untechoparamipais.org/paraguay
Soledad Nuñez
soledad.nunez@untechoparamipais.org
Bruno Defelippe bdefelippe@untechoparamipais.org
021 660-274
Enviado a la Agencia SC Noticias por:
Nadia Villalba
Teléfonos: (+595 21) 212 540 int. 204
Correo electrónico: nadia@cird.org.py
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