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LA ASUNCION INDIFERENTE: Niños indígenas de plazas y calles están condenados a la marginación

Sin año escolar, mal alimentados y en medio de la absoluta promiscuidad, más de 100 niños indígenas viven en las plazas Uruguaya, Italia y la vereda del Indi. Estos menores llegaron con sus padres, quienes reclaman cambios en la política indigenista; sin embargo, en las condiciones en que están, les depara un futuro de pobreza y marginalidad.


A un costado de la plaza Uruguaya, este grupo de niños indígenas pedía limosna a los automovilistas y transeúntes. Ellos ya están excluidos del programa educativo.

El centro asunceno, con sus principales calles Palma, Estrella; los alrededores de la plaza Uruguaya, y unas cuadras más, la avenida Gaspar Rodríguez de Francia se han convertido en los nuevos puntos de mendicancia de los niños indígenas que acampan con sus padres en los espacios públicos.

Los menores, acompañados de sus madres, con su harapienta figura, es la nueva imagen que ofrece la capital, y hasta parece increíble que sigan en esa situación de marginalidad habiendo tantas instituciones que deberían actuar para preservar el futuro de los pequeños.

Por la situación en que están en la calle, lejos de sus comunidades, la primera impresión que uno tiene es que estos menores ya están excluidos del programa educativo. Y la pregunta que surge es: ¿Qué futuro les depara? Mirando sus chozas de hule, que sobresalen en los espacios públicos, también nos preguntamos: ¿Qué estarán comiendo? Y la respuesta no se hace esperar: todos los días, tortilla y cocido, y algunas veces guiso de fideo o arroz.

Esta alimentación es insuficiente para los menores, quienes además deben soportar los días fríos con precarias vestimentas.

PRIVILEGIADOS DE LUGO

La realidad que están pasando los niños indígenas en el gobierno de Fernando Lugo, el presidente que prometió y no se cansa de repetir que reivindicará a los nativos, es lamentable, y lo más triste es que sus padres pasan los días solicitando una audiencia con el Mandatario, encuentro que podría levantar la protesta; sin embargo, no son recibidos.

Los niños indígenas no se merecen esta situación. En su mente inocente no debería crecer la idea de que, para sobrevivir, hay que mendigar.

Ellos deberían ser los privilegiados del Gobierno, si este en verdad quiere aminorar la pobreza.

Si estos menores asimilan esta práctica de la miseria, cuando sean grandes, tampoco trabajarán porque les será más fácil vivir de los conflictos y del asistencialismo.

Sus padres conocen perfectamente estos vicios. La asimilaron con gran precisión durante los gobiernos colorados y siguen con Lugo, quien antes que poner firmeza en este campo, nombra funcionario como encargado de despacho en el Indi, título que no convence a los nativos, quizás por ignorantes, pero ellos claman por un presidente permanente y parece que no se les quiere entender.

Mientras los indígenas estén en Asunción, todo es tiempo perdido en este campo, cuando que muy bien, con una decisión política, los niños deberían ir en sus comunidades en las escuelas, mientras los padres trabajen con acompañamiento estatal, para producir la tierra y vivir dignamente.

avelazquez@abc.com.py

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