Pero cuánta es la sorpresa si ese viaje, que comenzó de manera casi virtual, se transforma en una realidad cautivante, en un festival para el ojo y las emociones. Así resultó haber llegado a Paraguay por primera vez. Un destino impensado para este argentino más predestinado a España (mis padres son españoles de Galicia) que a esas magestuosas tierras subtropicales y guaraníes.
Y aún es un viaje iniciático. Siento que todavía no sé nada, que conozco poco. La expectativa es grande porque en este camino fui aprendiendo y recibiendo afecto, principalmente de paraguayos reales y de Ustedes, nuestros lectores, que nos acompañan con creciente atención y cariño.
El camino es largo y ojalá, que lo que comenzó de manera casi inocente y virtual, se transforme en lindas experiencias compartidas con un buen Tereré!
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