Aquí aparecerán los Resultados de su búsqueda personalizada....

PARAGUAY MOVILIZADO: Cómo funciona la ofensiva militar de Lugo para capturar a guerrilleros

Foto: DESPLIEGUE. UNA CAMIONETA LLEVA A SOLDADOS DE PATRULLA HACIA ARROYITO, DEPARTAMENTO DE CONCEPCION.

Clarín estuvo junto a las fuerzas enviadas para acabar con el EPP, que tiene en vilo al país.  

DETALLES DEL OPERATIVO ORDENADO POR EL PRESIDENTE PARAGUAYO, QUE MOVILIZO A MILES DE POLICIAS Y SOLDADOS


Deben estar buscando fantasmas. O a "Jasy Jatere", un genio, el Cupido guaraní, que con una varita mágica puede volverse invisible. Porque los tres pelotones de 15 policías cada uno de las fuerzas de elite recorren el monte y no encuentran a nadie. Ni a un sólo poblador y, mucho menos, a alguno de los miembros del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), un grupo guerrillero que tiene en vilo a los paraguayos y por el cual el presidente Fernando Lugo ordenó hace una semana el Estado de excepción en cinco departamentos y movilizar a 3.300 militares y policías para dar con ellos.

El monte es tupido, cubierto de palmeras, cedros, palo santo, incienso, yerba mate y sésamo. Y unos enormes hormigueros de tierra rojiza, que superan el metro y medio de altura y diámetro. Entre los pajonales, apenas se distingue el uniforme color caqui de la fuerza de elite, armada con fusiles M15 y M16, cuchillos y pistolas. A unos 25 kilómetros de la ruta, está el arroyo Cagatá. "Vamos a hacer un recorrido por su orilla, porque seguro que 'estos' usan los ríos para movilizarse. Así no dejan rastros", dice a Clarín un policía, que no da su nombre y que -como sus compañeros-- no lleva identificación, pero que están al mando del comisario principal Carlos Aguilera, jefe policial de Concepción. "No puedo hablar", dice. "El único que puede hacerlo es el general Néstor Quiñones, a cargo del operativo", agrega, algo molesto. No es posible seguirlos. Regresan dos horas después, exhaustos y con las manos vacías. "Nada", dice uno de ellos, como si hiciera falta aclarar que no hubo arrestos.

El epicentro de la búsqueda es Arroyito, un caserío a 80 kilómetros de Concepción, al costado de la ruta que lleva a Asunción, a casi 500 kilómetros de la capital paraguaya. Concepción es la capital de uno de los cinco departamentos bajo el Estado de excepción. Allí, el 21 de abril pasado, un grupo de unos 10 miembros del EPP mató a cuatro guardias privados de seguridad de una estancia, a la que llegaron con la intención de secuestrar a su dueño. No lo lograron. Pero consiguieron que todas las fuerzas de seguridad paraguayas estén tras sus pasos, en un operativo que el gobierno admitió que costará por 30 días unos 850.000 dólares.

Mientras la policía se mete al monte, el ejército movilizado por Lugo cumple tareas más bien burocráticas, porque aún no recibió la orden de largarse tierra adentro a la caza del EPP: a lo largo de 100 kms de la ruta, al menos 5 retenes militares piden documentos, revisan autos y camiones y toman tereré bajo la sombra frondosa de algún árbol. "Primero haremos inteligencia, luego actuaremos", dice a Clarín una fuente militar.

Pero de pronto, en la rotonda de entrada a Concepción -con sus 80.000 almas tomando el descanso de la una de la tarde-- soldados del Regimiento de Infantería 10 Sauce pelean a brazo partido. Son cinco contra uno. Hay gritos, miradas de asombro por ese combate callejero bajo un cielo plomizo. Finalmente, la superioridad numérica puede más que la fuerza bruta de un cebú que insistía en echarse sobre el asfalto, a hacer su siesta. Lo atan con una soga a un poste de la luz. Queda arrestado.

Encarnación tiene la piel blanca como la leche. Está sentada en un sillón como de antigua peluquería en la puerta de un salón de belleza -debe llamarse "Katy"--, sobre una de las calles laterales del Mercado Municipal. Debe andar por los 75 años y se está haciendo depilar las cejas. Encarnación odia a Lugo tanto como al EPP: "¿Cómo le parece a usted que va a andar dejando hijos por ahí, siendo obispo?", dice y no llega a persignarse. "A esos hay que meterles bala, como hacía Stroessner, para que vuelva la tranquilidad", agrega. Operativo "Py Aguapy" (tranquilidad en guaraní) se llama,|precisamente, la operación lanzada por Lugo.

Los que no están tranquilos son los ganaderos dueños de millonarias haciendas y los campesinos, pobres y olvidados, en esta zona en la que no existe el Estado, y mucho menos educación, salud o viviendas dignas para ellos, "tierra fértil" para que prenda el discurso "revolucionario" del EPP. Y "tierra fértil", también, para que salgan a la caza de algún rico hacendado, en la región ganadera por excelencia del país. El 17 de enero, el EPP liberó al ganadero Fidel Zavala, luego de que la familia pagara un rescate de unos 500.000 dólares y repartiera carne para sectores marginados de Asunción, tras 94 días de cautiverio. Había sido secuestrado en su estancia, Rancho Z, a unos 70 km de Concepción, por un grupo comando, al parecer los mismos hombres que forman la "comandancia" del EPP. Y el 31 de julio de 2008, secuestraron al ganadero Luis Lindstron y lo liberaron el 12 de septiembre de ese año tras el pago de 300.000 dólares.

José Galeano es el presidente de la Asociación Rural de Concepción y recibe a Clarín en su estancia, de más de 1.000 hectáreas, ubicada en Horqueta, 40 kilómetros al norte de esta ciudad. Tiene miedo y se nota. "Estamos con temor porque no se ve voluntad política para solucionar este problema. Nosotros apoyamos el Estado de excepción, pero el ejército debe entrar al monte, no quedarse en las rutas", dice este hombre de hablar pausado, vestido con una remera y botas de monte. Representa a 170 grandes ganaderos de la región, propietarios de estancias que llegan a las 20.000 hectáreas. Cada hectárea cuesta entre 500 y 700 dólares.

-¿Y no tienen guardias de seguridad privados?, pregunta Clarín.

--No sirve de mucho, porque el EPP está bien entrenado, conocen el monte y tienen mejores armas que la Policía. Además, deben contar con el apoyo de campesinos, que los protegen o al menos no los denuncian si los ven.

Paraguay figura entre los países con peor distribución de la riqueza de la región: el 20% más rico concentra el 62,4% de los ingresos y el 10% más pobre apenas el 0,7%. Según el gobierno paraguayo, el 40% de los siete millones de habitantes son pobres, pero para la CEPAL esa cifra trepa al 50%. Y los campesinos figuran al tope, en un país en el que la población rural es casi la mitad del total. En esta región, un jornalero cobra por día unos 7,5 dólares, cuando el salario mínimo es de poco más de 300 dólares. Y apenas tienen el 15% de las 600.000 hectáreas aptas para la ganadería que hay en la región.

La Organización Campesina del Norte estuvo en el centro del huracán porque algunos de sus miembros fueron arrestados o están prófugos por vínculos con el EPP. Isidoro Bazán es su presidente y representa a 1.200 asociados que en promedio tienen una pequeña chacra de 5 hectáreas. "El problema es que ahora los campesinos somos sospechosos de todo y la policía y los militares nos acosan", dice a Clarín en la sede de la organización, unos kilómetros al norte de Concepción, una casa con galpón y paredes húmedas, en donde sobresale una pintura del Che.

"Nosotros no tenemos nada que ver con el EPP, no creemos que haya condiciones para la lucha armada en Paraguay. A los que tuvieron o tienen vínculos con ellos, los hemos expulsado", dice este campesino, alto, flaco, que habla más en guaraní que en español. Bazán sospecha que el EPP tiene vínculos con los narcos --esta es una región en donde hay miles de hectáreas sembradas de marihuana-- sobre todo provenientes de Brasil, una frontera caliente a unos 200 kilómetros de aquí. "El miedo ahora --dice-- es que si el gobierno no los atrapa, los hacendados formen grupos de paramilitares, como pasó en Colombia. Y eso será muy grave para nosotros", explica.

A las seis de la tarde oscurece en Concepción. El río Paraguay se vuelve marrón oscuro y la mayoría de los negocios baja sus persianas. Es la hora en que la Universidad del Norte abre sus puertas. Ubicada en la esquina de Presidente Franco y Carlos López, la universidad es un hervidero de estudiantes. Como la mayoría de los habitantes de esta ciudad, hablan poco del EPP y dudan de que los puedan atrapar. Y hasta hacen chistes: "Seguro que no los atrapan, porque alguno debe ser hijo de Lugo no reconocido", dice uno de ellos, recordando que algunos miembros de EPP fueron miembros de Patria Libre, un partido que apoyó al presidente para las elecciones y que Manuel Cristaldo Mieres y Magna Meza, ambos prófugos en el monte, fueron monaguillos de Lugo, cuando éste era obispo de San Pedro.

En esa esquina hay, también, dos parejas de turistas canadienses con sus mochilas y su infaltable botella de agua. "¿'Guerila' por acá?", pregunta uno asombrado cuando Clarín comenta el tema. "No hemos visto", agrega. La policía y el ejército, todavía tampoco, pero que los hay, los hay. Debe ser que buscan a fantasmas o al invisible "Jasy Jatere". 










No hay comentarios:

Publicar un comentario

La mayoría de los usuarios están comentando esto en facebook:

https://www.facebook.com/alparaguay

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...