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| Foto: Agencia EFE |
"Esta es una movilización de protesta y de repudio", dijo a Efe Odilón Espínola, líder de la Federación Nacional Campesina (FNC), que reunió este jueves a labradores de diez departamentos (provincias) del país.
La FNC agrupa a unas 270.000 familias de labriegos, en su mayoría cultivadores de algodón, cuya producción se encuentra en retroceso debido al avance de la producción mecanizada de soja, la principal fuente de divisas de la economía nacional.
"No hay respuesta concreta por parte del Gobierno. Lo positivo que rescatamos de todo esto es que estamos ganado espacio en la sociedad, no existe otro grupo que plantea programas de desarrollo", aseveró Espínola.
El dirigente lamentó que desde hace 18 años deben movilizarse en la capital para hacer escuchar sus demandas, aunque remarcó que lo hacen "optimistas y entusiasmados" por obtener sus objetivos.
La marcha, convocada este año bajo el lema "El poder que marcha por la segunda Independencia y contra el latifundio", se desarrolló sin incidentes y culminó con un mitin ante la sede del Congreso
Los labradores criticaron la política económica del jefe de Estado, Fernando Lugo, en el poder desde agosto de 2008, a quien exigieron el cumplimiento de sus promesas electorales, sobre todo las referidas a la reforma agraria, el combate al latifundio y proyectos de desarrollo agrícola.
Por su parte, el jefe de Gabinete de la Presidencia, Miguel López Perito, rechazó las aseveraciones de Espínola y dijo: pueden "confrontar con una serie de datos sobre qué es lo que se pudo avanzar (en materia de reforma agraria), sin que ello signifique que estamos satisfechos por lo que se hizo".
Tras pernoctar en la sede del Ex Seminario Metropolitano, los campesinos marcharon por varias calles hasta las plazas del Congreso, mientras que los taxistas y los importadores de vehículos usados, que también se congregaron ante el Legislativo, bloquearon con sus vehículos las principales avenidas de acceso a la capital.
Esas movilizaciones causaron embotellamientos e incidentes aislados entre taxistas y automovilistas particulares en las horas de mayor tráfico, según los medios locales.
Al respecto, el ministro de Interior, Rafael Filizzola, dijo a periodistas que "trataron de organizar el tránsito", pero que "fue imposible evitar todo el caos", a pesar del despliegue de 1.500 agentes para ordenar la circulación.
Los taxistas protestaron contra una normativa de la Municipalidad (Alcaldía) de Asunción que impone una revisión de sus vehículos, en su mayoría vetustos y en mal estado, y exigieron al Parlamento iniciativas para dejar sin efecto esa disposición.
Entre tanto, los importadores de vehículos usados volvieron a repudiar un proyecto de ley que reduce de diez a cinco años la antigüedad de importación de esos vehículos.
Los debates sobre este último proyecto, que ya fue aprobado en la Cámara de Diputados, fueron aplazados en la sesión semanal del Senado debido a la protesta.
El ingreso masivo de automóviles usados procedentes de Asia, principalmente de Japón a través de Iquique, es cuestionado por las concesionarias locales por cuestiones ambientales y técnicas, ya que deben ser sometidos a un cambio de volante para circular en el país.
Agencia EFE
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